domingo, 21 de noviembre de 2010

Un diente más al engrane

Me falta valor, trato de conseguirlo... este es uno de mis primeros intentos.

Cuando me inicié en este mundo "in pain", hace cinco años, fui enviada a casa, a estar relajada, a no trabajar. No me gustó nada la resolución. Es más, ha sido de las cosas más dolorosas que he tenido que asumir. ¡Yo, sin trabajar! ¡Con toda la capacidad que me había regalado Dios!

Así pasé tres o cuatro años... en los últimos dos, he ido entrando poco a poco a la vida laboral. Primero como escritora, luego como maestra de español en el extranjero y ahora como profesora universitaria y consultora en RH.

Esta última etapa, ha sido la primera en la que "lleno" mi agenda por asuntos laborales. Lleno, abriendo y cerrando comillas, porque en efectivo se podría ver que sobran horas por llenar en la agenda... hasta hace unos días decía que no me alcanzaba la energía para más.

Se cierran proyectos y se van terminando las clases, con diez grados centígrados menos. Y entonces ya no es cuestión de energía para actividades en mi tiempo libre. Mis horas de clase, las reuniones, los traslados, hacen que me duela el alma.

Un alma que había olvidado ésto. Una que creía tener todo bajo control. Una que sacrificaba vida familiar y social, y nada más. Con bajas temperaturas me cuesta trabajo hacer cosas que en otra época del año ni pongo atención al hacerlas. Nada nuevo, sino fuera porque estoy investigando cómo volver a ser económicamente activa en combinación con esto de vivir con dolor.

Esta semana me topé con tener una responsabilidad y salir a hacerla, con ese dolor que parte, que recuerda cada músculo y hueso que se olvida que existen. Mi primera reacción fue irme como el resto de los días, sin ningún soporte adicional. Obvio, al tercero, troné emocionalmente.

Ese mundo en donde me desenvuelvo, no está acostumbrado a verme conectada al TENS o a verme con una compresa a cuestas. Y temí que me vieran así... que tonto, lo sé. Es orgullo o vanidad ¿quién sabe? El chiste es que me paralicé, en lugar de hacer lo que sé que tengo que hacer.

¿Qué más da lo que piensen los demás? El mundo tiene que aprender a vivir con la conciencia de que no todos somos iguales y que si algunos salen a trabajar con AUDI es porque eso es lo que quieren y pueden, y pues que hay otros que salimos con TENS porque Bendito Sea Dios podemos hacer una gran diferencia con eso.

Ajá, muy salsa ahora escribiéndolo, pero fueron necesarios siete largos días y la asesoría de una sabia nana, para aceptarlo.

Vivir con dolor se sentía un desastre al tenerlo que combinar con hobbies, con vida en pareja, con vida familiar, con disfrutar a los amigos... No era como ésto... y miren que lo digo con un divorcio en la columna de los abonos.

Como todo, encontraremos la medida justa... diríamos aquí en México ¡Cómo chingaos, no!

jueves, 5 de agosto de 2010

Dejar de escribir no es dejar de sentir

Dejé de escribir en este blog por la más absurda razón. Me comprendo, pero es tiempo de dar un paso adelante. Eran tiempos en los que quería mostrar fuerza, estabilidad emocional, capacidad intelectual, todo para reactivar, o mejor dicho, empezar una nueva vida. Cuando pensé en escribir algo, me detuve pensando en que tal persona podría leerme y pensaría que soy débil. O tal vez, alguien más temería que no tengo la capacidad para responder profesionalmente. Quizá, alguien se preocuparía, quizá se sentiría decepcionado. Este blog que tanto me ha dado, lo abandoné por miedo a la percepción que tendría "alguien".

Pero el mundo es impredecible, la vida siempre cobra facturas y a mi me las pasa con no muchos días de crédito. Volví a la ciudad que me vió crecer, vuelvo a vivir en ella después de 10 años en que sólo venía de vacaciones. Por supuesto, que la que se fue hace una década, no es la que volvió. Si, ahora tengo más experiencia, valoro más a mi gente, espero ser más madura... pero también ahora vivo con dolor.

Este blog que justo nació para ayudar a mi familia y amigos a entender lo que es bailar a éste ritmo, lo hice a un lado por unos meses, y esa gente empezó a chocar con lo que ahora soy. Mi corazón es el mismo, pero mi cuerpo no. El deseo de estar siempre para mi gente sigue, pero ahora necesito organizar, dosificar mi energía.

Entiendo que si en nuestra cultura no está muy bien visto decir "prefiero descansar un poco que vernos para un café". Ojalá entendieran que hay personas que al decir eso, estamos hablando de una decisión importante, que al menos yo, estoy resumiendo lo siguiente:


"Me gustaría mucho verte, pero si ahora no descanso, el dolor aumentará, será difícil deternerlo, podría tener una mala noche y por tanto un mal día mañana, con lo cual necesitaría al menos un día y medio para reponerme. Un café, algo tan sencillo para ti, podría significar dos o tres días no muy buenos para mí. Por eso discúlpame, pero necesito darme tiempo para recostarme, relajar los músculos de mi espalda y usar una compresa caliente."

A veces lo digo, la mayoría no. Lo siento, pero no puedo pasar la vida pidiendo perdón, pidiendo comprensión. ¿Acaso mis amigas explican tanto cuando cancelan una reunión porque uno de sus niños enfermó? No, nadie pide tantas disculpas ni da tantas explicaciones por lo que tiene en su vida. Yo tengo dolor crónico y si eres mi amig@, lo sabes, si eres mi familia, lo has visto.

Me ayudaría mucho que preguntaran, que resolvamos juntos las incógnitas para a partir del conocimiento, nadie creyera que yo no tengo voluntad o cariño suficiente para compartir. A mi no me molesta, no me incomoda hablar de lo que es vivir con dolor, es mi vida, ¡no podría incomodarme! Así que los hago corresponsables, así como comprendemos que una amiga embarazada en su noveno mes no se puede mover mucho, así como comprendemos que a alguien lo acaban de operar, así como comprendemos que alguien tiene un trabajo demandante, así espero comprensión, no compasión, ¡comprensión! Entender que no es nada personal.

En cuestión laboral, ya no me preocupa que me lean en este blog. En estos meses he demostrado que puedo organizarme para dar resultados y para darme el tiempo para rehabilitación y descanso, familia, fiesta, etc. En otras cuestiones, que alguien me vea "débil" por tener dolor, o confesarlo, entiendo que es una pena. Una pena para esa persona, porque estaría etiquetándome a partir de una sola cosa de todas las que soy.

En fin... he vuelto, en un acto de responsabilidad a aquellas personas que me leen, que no me conocen, pero que comparten la experiencia de vivir con dolor, que me escriben comentarios, que agradecen que escriba lo que ellos piensan. A ellos y si, todavía por mi familia y mis amigos, para comprendernos mejor, aquí estoy.

Porque el descanso no es quien reina mi vida, necesito lo mismo que siempre he necesitado que es amistad, compañía, distracción, risa, amor y abrazos.


domingo, 24 de enero de 2010

Dolor en Reporte Indigo

En México se vivió una revolución en cuanto a periodismo, hace más de tres años cuando apareció Reporte Indigo. Además de su enfoque que parecía menos restringido que periódicos y noticieros nacionales, esta revista digital revolucionó la manera en que los mexicanos recibimos información. En formatos que incluyen videos, interactividad y expositores, cada semana, los jueves, quienes estamos inscritos, recibimos el aviso de que ya podemos acceder al Reporte Indigo de la Semana.

Tenía ya unos seis meses, desde que volví de Irlanda que no me echaba la revista completa. Los sábados era el día que le podía dedicar antes, horas y horas. Hoy, al revisar el contenido me topo con que Enrique Granem, el explicador habla de dolor crónico y las células Glía. Por favor, no se lo pierdan.

Dolor que no se acaba exposición
Dolor que no se acaba artículo

Yo espero que pronto se sientan resultados de las investigaciones de las que habla Don Enrique.

Relájate un rato