lunes, 26 de febrero de 2007

¿Por qué una escala de dolor?

Es común que algún conocido, al saludarme, pregunte, muy amablemente "¿Cómo estás?" Por costumbre u optimismo, a pesar de haber dormido escasas dos horas, respondo “Bien, gracias”. En alguna reunión, me encuentro a alguien que me pregunta "¿Cómo sigo del dolor?" Igual, aunque mi cara pinte muy mal, mi respuesta es “Bien, gracias”.

Dar esta respuesta a conocidos y amistades, a los que vemos de vez en cuando, está bien. Sin embargo, con la gente que convivimos a diario, tal vez es necesario desarrollar un código especial. En mi caso, cuando era el primer año con dolor todos los días, me era muy difícil decirle a mi esposo que tan bien o que no tan bien, me sentía.

Un día le dije que me sentía muy mal, que me llevara al hospital, que el dolor “ahora si merecía ir al hospital”. En esa ocasión, no fue necesario decir más. Sin embargo, no todos los días son tan drásticos. No siempre el día es tan bueno como para salir a pasear, ni tan poco bueno como para ir a urgencias.

Otro punto importante es que, manifestar dolor, es muy subjetivo. Nadie puede venir y poner un “dolorómetro” para medir qué tanto me duelo. La permanente molestia hace imposible que nosotros olvidemos el dolor. Pero, el resto de la gente, no lo siente. Incluso, llegan a preguntar “¿tienes dolor?” Uhggg!! Confieso que me he llegado a ofender. “Siempre tengo dolor” murmuro en tono amargo, como si el tono ayudara para que al otro no se le olvide nunca, que es así.

Estas son dos buenas razones para desarrollar el código especial. Por un lado definir límites de tolerancia o de tomar acciones de emergencia, y por otro lado, se establecen mensajes mucho más objetivos, entre nuestros seres queridos y nosotros. Con el tiempo, vamos aprendiendo que 4 es buen día para caminar un poco, y que 8 es más un día de té, compresa caliente y poco ruido en la casa.

Esta imagen puede ser útil. Es una escala del dolor. Yo uso niveles del 1 al 10. Espero le sea útil a alguien más, como lo ha sido para nosotros.




domingo, 25 de febrero de 2007

Mitos y realidades

¿Qué es dolor crónico?
“Suena a mucho dolor”
“A un dolor muy fuerte”
“El dolor no es una enfermedad, sino un síntoma”
“Significa que algo tienes, y que el dolor te está avisando”
“Que tienes muchos días con dolor”
“Algo importante debes tener, para que se justifique ese dolor”
“Busca otro doctor”
Estas son algunas percepciones que he escuchado o pensado respecto a dolor crónico.


Un dolor puede considerarse crónico, cuando ha permanecido más de seis meses y no cede con ningún tratamiento. Cuando cumple con éstas características, el dolor deja de tratarse como síntoma y empieza a tratarse como enfermedad.

¿Con qué se quita el dolor crónico?
“Con medicina”
“Los masajes son buenísimos”
“Métete a yoga, la meditación hace que desaparezca el dolor?
“No sé, pero ya no tomes medicina”
“Un buen revolcón, cura todo”
“¿Por qué no vas al psiquiatra?”
“Puede que la acupuntura te sirva”
“Que te operen otra vez, para que ya no tengas dolor”
Sugiere la gente y se los agradezco infinitamente, porque de tantas opiniones he armado la propia.


El tratamiento del dolor crónico deriva, principalmente, del origen de éste. Sea por un daño en el sistema nervioso, cáncer u otra razón. Una vez definido su origen, es adecuado un tratamiento multidisciplinario, porque así es esta enfermedad, afecta muchos factores de la vida de quien lo padece. Medicamento, terapia física y ayuda psicológica son los básicos.


¿Qué le pasa a alguien que tiene dolor crónico?
“Está de mal humor con la gente que convive”
“Deja de hacer su vida normal, porque no acepta lo que le pasa”
“Se siente triste de tener dolor”
“Se clava en el tema”
“Cree que le está pasando lo peor”
“Tiene días buenos y días malos”
“No debería cambiarle la vida, todos tenemos alguna u otra enfermedad”
Quizá es lo que han visto. Tal vez alguien les contó. Finalmente así aprendemos de muchas cosas en la vida. De vistas u oídas.


Si su vida cambia. No desaparece, ni se arruina, pero si cambia. Se deben plantear ajustes en el estilo de vida y en los aprendizajes más arraigados de la persona. Lo cual ni es fácil, ni se da en poco tiempo. Quienes vivimos esto, tenemos días “buenos” y días “no buenos”. Y los buenos, no significa que no haya dolor, sino que ese día es mejor que otros que hemos vivido.


Al tocar este tema, es imprescindible, hablar del “trío terrible”. Sufrimiento, insomnio y tristeza. Tengo dolor y me preocupo por ello, me deprimo y me pongo irritable. Esta depresión e irritabilidad me provoca insomnio y agotamiento y, a su vez, esto incrementa la depresión, irritabilidad y el dolor.

¿Quién puede ayudar a alguien con dolor crónico?
“Un doctor, depende que le duela”
“El psiquiatra”
“La pareja, es básica”
“Un algólogo”
“Nadie, la persona se debe ayudar así mismo”
“Solo Dios puede ayudarle”
“Las amigas, son re buenas para escuchar sus problemas, y con eso se le quita el dolor”
“¿Yo? ¡Ah chingao!”
“Deberías de ir con un huesero”

Vuelvo al equipo multidisciplinario. Los especialistas en tratamiento del dolor son los Algólogos. Mientras que los indicados para tratar adecuadamente la depresión, son los Psiquiatras. La especialidad médica que enseña las rutinas físicas convenientes, es la de los Fisioterapeutas. Los psicólogos pueden ayudar a cambiar conductas que beneficiarán a tener mejor calidad de vida. Y sin intención de ser romántica, la familia y los amigos, ayudan mucho. Y lo que ellos hacen no requiere estudios. El solo hecho de estar en un ambiente de amor, de buen humor y actividades sociales, permite que quienes estamos pasando por esto, vivamos momentos de satisfacción en días buenos y no tan buenos.


sábado, 24 de febrero de 2007

Bienvenidos

Siempre está. Nadie parece entender. Todo el día pienso en él. Nada me quita el dolor. Nunca voy a hacer una vida normal. Todos dicen que debo sobreponerme. Así es vivir con dolor. Sentimos en extremo, pensamos en extremo. "Todo" "nada" "siempre" "nadie" "todos". Me dijeron que debo aprender a vivir con dolor.

Ajá, pero ¿Cómo se puede vivir con dolor crónico? Nadie parece tener la respuesta. Hay un poco en varios sitios. Las webs médicas. Los foros de salud. Páginas de organizaciones. Todo muy útil, pero muy disperso.

Yo no he vencido al dolor. Ni he aprendido a vivir con dolor. Pero quiero hablar de él. Deseo investigar. Necesito compartir. Me urge conocer otros casos. He leído que las relaciones personales es un factor importante para obtener una buena calidad de vida. Bien, tengo amigos y mi familia, todos me apoyan. Pero ellos, afortunadamente, no sienten lo que mi cuerpo siente. Me gustaría formar una red de personas que queremos vivir con dolor crónico, una vida con calidad.

Te invito a participar. Hay tres formas de hacerlo:
a) Visitando el portal continuamente
b) Haciendo comentarios sobre los escritos que se publiquen
c) Escribiendo artículos. Puedes ser paciente, médico, terapeuta.

Este es mi intento de tener una mejor calidad de vida. Espero que sea tu intento también. Para mejorar tu vida o la de otros.

Bienvenidos y gracias

María Zamorán

Relájate un rato