jueves, 5 de agosto de 2010

Dejar de escribir no es dejar de sentir

Dejé de escribir en este blog por la más absurda razón. Me comprendo, pero es tiempo de dar un paso adelante. Eran tiempos en los que quería mostrar fuerza, estabilidad emocional, capacidad intelectual, todo para reactivar, o mejor dicho, empezar una nueva vida. Cuando pensé en escribir algo, me detuve pensando en que tal persona podría leerme y pensaría que soy débil. O tal vez, alguien más temería que no tengo la capacidad para responder profesionalmente. Quizá, alguien se preocuparía, quizá se sentiría decepcionado. Este blog que tanto me ha dado, lo abandoné por miedo a la percepción que tendría "alguien".

Pero el mundo es impredecible, la vida siempre cobra facturas y a mi me las pasa con no muchos días de crédito. Volví a la ciudad que me vió crecer, vuelvo a vivir en ella después de 10 años en que sólo venía de vacaciones. Por supuesto, que la que se fue hace una década, no es la que volvió. Si, ahora tengo más experiencia, valoro más a mi gente, espero ser más madura... pero también ahora vivo con dolor.

Este blog que justo nació para ayudar a mi familia y amigos a entender lo que es bailar a éste ritmo, lo hice a un lado por unos meses, y esa gente empezó a chocar con lo que ahora soy. Mi corazón es el mismo, pero mi cuerpo no. El deseo de estar siempre para mi gente sigue, pero ahora necesito organizar, dosificar mi energía.

Entiendo que si en nuestra cultura no está muy bien visto decir "prefiero descansar un poco que vernos para un café". Ojalá entendieran que hay personas que al decir eso, estamos hablando de una decisión importante, que al menos yo, estoy resumiendo lo siguiente:


"Me gustaría mucho verte, pero si ahora no descanso, el dolor aumentará, será difícil deternerlo, podría tener una mala noche y por tanto un mal día mañana, con lo cual necesitaría al menos un día y medio para reponerme. Un café, algo tan sencillo para ti, podría significar dos o tres días no muy buenos para mí. Por eso discúlpame, pero necesito darme tiempo para recostarme, relajar los músculos de mi espalda y usar una compresa caliente."

A veces lo digo, la mayoría no. Lo siento, pero no puedo pasar la vida pidiendo perdón, pidiendo comprensión. ¿Acaso mis amigas explican tanto cuando cancelan una reunión porque uno de sus niños enfermó? No, nadie pide tantas disculpas ni da tantas explicaciones por lo que tiene en su vida. Yo tengo dolor crónico y si eres mi amig@, lo sabes, si eres mi familia, lo has visto.

Me ayudaría mucho que preguntaran, que resolvamos juntos las incógnitas para a partir del conocimiento, nadie creyera que yo no tengo voluntad o cariño suficiente para compartir. A mi no me molesta, no me incomoda hablar de lo que es vivir con dolor, es mi vida, ¡no podría incomodarme! Así que los hago corresponsables, así como comprendemos que una amiga embarazada en su noveno mes no se puede mover mucho, así como comprendemos que a alguien lo acaban de operar, así como comprendemos que alguien tiene un trabajo demandante, así espero comprensión, no compasión, ¡comprensión! Entender que no es nada personal.

En cuestión laboral, ya no me preocupa que me lean en este blog. En estos meses he demostrado que puedo organizarme para dar resultados y para darme el tiempo para rehabilitación y descanso, familia, fiesta, etc. En otras cuestiones, que alguien me vea "débil" por tener dolor, o confesarlo, entiendo que es una pena. Una pena para esa persona, porque estaría etiquetándome a partir de una sola cosa de todas las que soy.

En fin... he vuelto, en un acto de responsabilidad a aquellas personas que me leen, que no me conocen, pero que comparten la experiencia de vivir con dolor, que me escriben comentarios, que agradecen que escriba lo que ellos piensan. A ellos y si, todavía por mi familia y mis amigos, para comprendernos mejor, aquí estoy.

Porque el descanso no es quien reina mi vida, necesito lo mismo que siempre he necesitado que es amistad, compañía, distracción, risa, amor y abrazos.


Relájate un rato