A una semana de dolor intenso, en ascenso, diría yo, hay
cambios. La contractura fue disminuyendo
pero en la zona lumbar se ha concentrado un dolor intenso. Se siente como un
cuchillo de sierra. Es justo donde hay
una hernia que no era significativa hasta ahora.
El Algólogo de cabecera dice que requiero cirugía y con ello
desata los pocos miedos que seguían en el cajón. Pienso en cirugía,
recuperación, rehabilitación y secuelas, y tiemblo. Mi hipotálamo grita “ni
madres, a ver si me alcanzan” pero mi cuerpo no responde y se queda sentado,
adolorido esperando ayuda.
Hoy me presenté a
rehabilitación y reporté lo que me sucedía, la conclusión fue que no me estaba
haciendo bien el tanque y que me suspendían la serie de rehabilitación. Me indicaron calor y electro estimulación…
Justo con lo que he sobrevivido estos siete días. Con eso y la triplicada de
dosis de la medicina para el dolor. Ayer
y hoy estoy adormilada, pero adolorida.
Así que toca dar un paso más: bloqueo.
El bloqueo de nervios es un procedimiento en que se inyecta
medicamento (anestésico o esteroides) cerca de un nervio o rama de nervios para
“apagar” la señal de dolor. Es un temporal, que generalmente me proponen en
época de frío.
En una ocasión no sirvió, pero las demás, después de que se
pasa el dolor por las inyecciones, en un par de días he estado
maravillosamente. Así que mi Fe, se
centra hoy en eso.
Me da susto, obvio.
No me gustan las inyecciones (menos esas), los hospitales, los quirófanos,
ni nada que me haga sentir ese vértigo.
Pero es más el dolor y mi cansancio, que apechugo el “cómo” para lograr
el “para qué”.
El asunto no requiere preparación de mi parte, ahorita
desayuné fuerte, me tomé mis medicinas normales y sólo llego a quirófano a las
4:00 pm. A las 5:30 pm, máximo, estaré
en casa de mi mamá, a donde me mudé temporalmente hace unos cinco días.
Con mayor movilidad ya investigaré qué pasa con la zona
lumbar, si es la hernia o simple contractura, y visitaré cuanto doctor sea
necesario hasta que encuentre uno que apueste por algo que no sea operación.
No prometo reportar pronto los resultados. Seguro estaré en cama un par de días hasta
que acabe de hacer efecto el tratamiento.
Después, entre baile y baile prometo avisar lo maravilloso que me siento
ya.
Agradezco sus buenas vibras, oraciones, visitas, llamadas no
(no me gusta el teléfono). Es más, todo
lo anterior se los pido, porque reconozco que ahorita yo solita no puedo. Es
como dicen las señoras éstas de mercado, el ánimo y esperanza “no me ajustan”
de momento.