Hartos días de ausencia…ausencia de palabras pero no de existencia. Entera presencia en la vida con cuestionada conciencia. Nunca fue mi intención abandonar esta página, no podría. Si dejé de escribir por un tiempo fue, lo admito, por cobardía. Era demasiado crudo lo que pensaba, era demasiado cruel lo que decía.
Estoy segura que no soy la única en esto. Vivir con dolor significa tener épocas de ausencia, tiempos de alejamiento, retiros forzados. Lamento, sobre todo, el no haber respondido a tiempo a Roma44. Me a pena no haberle respondido a Laura, diciéndole que no tengo datos respecto al Síndrome de Boca Ardiente, pero coincido con ella que entre todos podemos encontrar “algo” para “alguien”.
Dadas las disculpas y asumiendo los perdones, declaro formalmente reiniciado este blog. El dolor sigue y mientras siga, habrá razón para escribir aquí. Me ilusionaré con recibir alguna aportación. Mi familia y mis amigos, tal vez un día se den una vuelta por aquí, y leerán cosas que no me atrevo a contar cara a cara. Esa gente que me dice que soy fuerte leería que nos soy menos cobarde que cualquiera y que aún cuando sufro un dolor permanente e intenso, no olvido que mi obligación es dar felicidad a los míos, así que callo.
Aún así, mis confesiones no son para enterarlos a ellos (sería mejor una reunión, levantarme y hacer tin tin con mi vaso y un tenedor, y echar rienda suelta a mis historias), ya lo he dicho, escribir como es vivir con dolor, es un acto terapéutico, similar al diario del dolor ¿lo conoces?
Es un sencillo diario donde vas anotando día con día, incluso hora por hora, los niveles de dolor que tienes. Al principio, dichas anotaciones sirven para identificar, qué horas son las horas “pico” de dolor o incluso relacionar los momentos de mucho dolor con alguna actividad que hiciste. Después sirve para monitorear cualquier cambio.
Bueno, pues aunque aquí no hay escalas, en mis escritos se puede oler mi estado de ánimo, y por tanto, al leerme puedo recordar que tanto sucedía cuando escribí tal cosa. Para cerrar, retomo una frase que escribí en un blog hermano. “Hay que vivir con lo ganado y no estar muriendo por lo perdido”. En mi ausencia tuve pérdidas, pero cerré esa época decidida a no vivir muriendo por ello, reconozco que he ganado mucho en la vida y celebraré dichas ganancias. Supongo que para eso sobreviví.
Estoy segura que no soy la única en esto. Vivir con dolor significa tener épocas de ausencia, tiempos de alejamiento, retiros forzados. Lamento, sobre todo, el no haber respondido a tiempo a Roma44. Me a pena no haberle respondido a Laura, diciéndole que no tengo datos respecto al Síndrome de Boca Ardiente, pero coincido con ella que entre todos podemos encontrar “algo” para “alguien”.
Dadas las disculpas y asumiendo los perdones, declaro formalmente reiniciado este blog. El dolor sigue y mientras siga, habrá razón para escribir aquí. Me ilusionaré con recibir alguna aportación. Mi familia y mis amigos, tal vez un día se den una vuelta por aquí, y leerán cosas que no me atrevo a contar cara a cara. Esa gente que me dice que soy fuerte leería que nos soy menos cobarde que cualquiera y que aún cuando sufro un dolor permanente e intenso, no olvido que mi obligación es dar felicidad a los míos, así que callo.
Aún así, mis confesiones no son para enterarlos a ellos (sería mejor una reunión, levantarme y hacer tin tin con mi vaso y un tenedor, y echar rienda suelta a mis historias), ya lo he dicho, escribir como es vivir con dolor, es un acto terapéutico, similar al diario del dolor ¿lo conoces?
Es un sencillo diario donde vas anotando día con día, incluso hora por hora, los niveles de dolor que tienes. Al principio, dichas anotaciones sirven para identificar, qué horas son las horas “pico” de dolor o incluso relacionar los momentos de mucho dolor con alguna actividad que hiciste. Después sirve para monitorear cualquier cambio.
Bueno, pues aunque aquí no hay escalas, en mis escritos se puede oler mi estado de ánimo, y por tanto, al leerme puedo recordar que tanto sucedía cuando escribí tal cosa. Para cerrar, retomo una frase que escribí en un blog hermano. “Hay que vivir con lo ganado y no estar muriendo por lo perdido”. En mi ausencia tuve pérdidas, pero cerré esa época decidida a no vivir muriendo por ello, reconozco que he ganado mucho en la vida y celebraré dichas ganancias. Supongo que para eso sobreviví.
Acabo de entrar en el bloog y leerte.
ResponderBorrarMe alegro que ya estes mejor.
Se perfectamente lo que es lo del diario, y se por experiencia que funciona muy bien cuando estas pasando una mala epoca o bien no tienes asumida la patologia, por lo menos a mi me fue muy bien en su momento.
Hoy no puedo escribir mucho, pero otro dia entrare con mas tiempo.
besos.