viernes, 23 de enero de 2009

Tratar el dolor crónico con analgésicos endógenoss

Investigadores de la UNAM proponen la oxitocina como una alternativa para pacientes con dolencia neuropática, o producida por algún tipo de cáncer terminal

La terapia sería aplicable en casos de malestar intratable, crónico y rebelde a medicamentos, y podría mejorar la calidad de vida del afectado

Aliviar dolores neuropáticos sería un gran logro para mejorar la calidad de vida de los pacientes; por ello, integrantes del Instituto de Neurobiología (INB) de la UNAM, en Juriquilla, Querétaro, estudian la posibilidad de activar los mecanismos endógenos del organismo, que producen analgesia.

Miguel Condés-Lara, investigador del INB, que cuando se recibe un estímulo punzante, se activa una región cerebral que alerta al organismo, al mismo tiempo se accionan mecanismos endógenos que modulan la sensación desagradable y tratan de suprimirla.

Se produce analgesia como un dispositivo homeostático para normalizar una alteración funcional, y el hipotálamo es una de las estructuras más ligadas a esa autorregulación.

Funcionamiento del dolor

Cuando se registra dolor, en el cerebro humano ocurre el mismo proceso que cuando se mira, se escucha o se piensa.

Desde que se aplica el estímulo en la piel o la retina, se dan cambios bioeléctricos que se propagan a lo largo de las fibras nerviosas y en las comunicaciones neuronales (sinapsis); los fenómenos que ocurren son similares, pero la diferencia de las vías y las estructuras nerviosas que participan hacen que finalmente se distinga y perciba el dolor.

Las vías sensoriales conducen los estímulos hasta el cerebro; la información llega al tálamo, una estructura con diferentes núcleos, donde se distribuyen las señales bioeléctricas para conducirse después a la corteza somatosensorial.

Probablemente, prosiguió, es entre esa corteza y el tálamo donde ocurre el fenómeno de la conciencia; en ésta última estructura se reconocen sitios donde se indica en qué parte del cuerpo se origina el estímulo, qué tipo de sensación es y, donde se integra la percepción del dolor. En la unificación, el reconocimiento y la integración del mensaje sensorial, también participan estructuras del sistema límbico y de otras áreas corticales.

La oxitocina, un analgésico natural

Cuando se tiene un estímulo negativo que alerta al organismo también se activan mecanismos endógenos que modulan la sensación desagradable.

Así, el núcleo paraventricular del hipotálamo produce la hormona oxitocina, de efecto analgésico, que puede ser secretada en dos vías: una hacia la hipófisis y el sistema porta hipofisiario que se libera en sangre durante las contracciones uterinas del parto y la secreción láctea.

Otra, del hipotálamo a la médula espinal. "Ante una sensación desagradable, se activan las células del núcleo paraventricular, lo que inhibe la información que llega a la médula espinal y produce un efecto anestésico", indicó el académico.

De ahí que el grupo del doctor Condés haya establecido la posibilidad de suministrar la hormona o la activación de las estructuras hipotalámicas encargadas de secretarla para incrementar su cantidad y efecto.

Aún faltan retos por enfrentar, como lograr que esa sustancia atraviese la barrera hematoencefálica que protege al sistema nervioso central. Sin embargo, los universitarios no cejan en su esfuerzo para encontrar nuevas herramientas que les permitan un mayor alivio a los pacientes que sufren dolores crónicos.

Fuente: LaSalud.com.mx

miércoles, 14 de enero de 2009

Los analgésicos opiáceos son menos efectivos en las mujeres

Los analgésicos opiáceos, como la morfina, son menos efectivos para controlar el dolor crónico en las mujeres debido a que cuentan con menores receptores en su cerebro para estos medicamentos, según un estudio publicado hoy por la revista "The Journal of Neuroscience".

Investigadores del Instituto de Neurociencia y del Centro de la Neurociencia del Comportamiento de la Universidad de Georgia (sureste de Estados Unidos) han identificado la razón más probable por la que los tratamientos con analgésicos son menos eficaces en las mujeres que en los hombres.

Los narcóticos con base opiácea, como la morfina o la codeína, son los agentes terapéuticos más habituales para aliviar los dolores crónicos, pero "cada vez es más evidente que la morfina es significativamente menos eficaz en las mujeres", explica Anne Murphy, profesora de Neurociencia de la Universidad de Georgia, que dirigió la investigación.

Según esa investigación realizada sobre ratas, la menor efectividad de la morfina para bloquear el dolor en las hembras se debe a diferencias sexuales en la sustancia gris periacueductal (PAG) del cerebro.

Esta sustancia, ubicada en la región media del cerebro, tiene un papel importante en la modulación del dolor ya que cuenta con un amplio número de receptores mu-opioides, que son el destino de los analgésicos como la morfina. La morfina y otras drogas similares se ligan a estos receptores y le dicen al cerebro que deje de responder a las señales de dolor, lo que finalmente supone una reducción de la sensación del dolor.

Usando una serie de pruebas de comportamiento y anatómicas, Murphy pudo determinar que las ratas macho tienen un mayor nivel de receptores mu-opioides en la PAG del cerebro, comparado con las hembras. El mayor nivel de receptores es lo que hace que la morfina sea más potente en los machos porque necesitan menos cantidad de drogas para activar esos receptores, que son en última instancia los responsables de reducir el dolor.

Otras pruebas adicionales también demostraron que las mujeres reaccionan de forma diferente a la morfina en función de la fase de su ciclo estrogénico. Este descubrimiento indica por tanto que las hormonas esteroides podrían afectar a los niveles de los receptores mu-opioides en la sustancia gris periacueductal del cerebro.

En cualquier caso, a pesar de la creciente evidencia sobre las limitaciones de los opiáceos en el tratamiento del dolor crónico, las drogas derivadas de opiáceos siguen siendo el principal instrumento farmacológico para el control del dolor. Esto demuestra claramente la necesidad de realizar investigaciones adicionales que se centren en determinar un tratamiento más potente contra el dolor crónico en las mujeres, agregó Murphy.

Boletín de la Sociedad Española del Dolor

Año 6 N. 1


viernes, 2 de enero de 2009

El Dolor y la Depresión

Vivir con dolor crónico ya es suficiente carga, sin embargo, suele venir en paquete con alguna otra enfermedad. Las personas con dolor que dura más de 6 meses (dolor crónico) suelen presentar depresión.

La depresión puede aumentar el dolor y puede hacer más difícil hacerle frente a éste. La buena noticia es que el duo dolor-depresión, no es indestructible. Hay tratamientos que alivian la depresión y hacen más tolerable el dolor.

A menudo, la depresión no se diagnostica, como tal, en pacientes con dolor crónico. Sin embargo es facilmente explicable que se presente a la par de éste padecimiento. El dolor crónico enciende el estado de estrés en el organismo. Un estrés que se prolonga mientras el dolor persista.

Se realizó una investigación comparando pacientes con dolor crónico y depresión con pacientes que solo sufren dolor crónico. Los resultados reflejan que los pacientes que padecen ambas enfermedades:

· Informaron un dolor más intenso

· Sienten menos control de sus vidas

· Usan estrategias de afrontamiento más insalubres

Por ello, se requiere un tratamiento conjunto para ambos padecimientos y desde distintos enfoques.

En cuestión de antidepresivos, los tricíclicos son eficaces pero efectos secundarios que los hacen poco tolerables en muchos pacientes. Antidepresivos más nuevos, como los inhibidores de recaptación de la serotonina y noradrenalida, funcionan también bien, con menos efectos secundarios.

El ejercicio es vital para personas con dolor crónico y benéfico para la depresión. Hacer un poco de ejercicio libera el mismo tipo de sustancias químicas cerebrales que los antidepresivos.

Ante el dolor crónico cambia la capacidad para trabajar, jugar, relacionarse, divertirse, etc. Todo implica adaptación. El objetivo a nivel personal es que la identidad del paciente no signifique ser una víctima, sino una persona con dolor.

La terapia cognitiva conductual ayuda a identificar los “pensamientos automáticos” que rodean a la persona, en este caso, a una persona con dolor. Estos pensamientos, a menudo, son distorisiones de la realidad. Con la terapia cognitiva una persona aprende como cambiar estos pratones de pensamiento y mejorar así, la experiencia del dolor. Igualmente, este tipo de terapia es un tratamiento efectivo para la depresión.

Vía: WebMD

Relájate un rato